miércoles, 21 de marzo de 2018

Es hora de enfrentar los miedos.



Le tengo miedo a la sangre. Sí, así en general, con pequeños hechos en particular. Me entran sudores fríos hasta cuando se habla de ella, y por supuesto, me mareo. Hoy, me he ido a hacer análisis porque ya tocaba una revisión médica en condiciones… ¡no sabéis que días más malos he pasado!

Llevo cosa de una semana abrasando la cabeza a mis amigos, a mi madre y a mi novio con el tema, y hoy estaba nerviosa no, lo siguiente. Lo he pasado fatal los momentos previos, pero al final me he dado cuenta de que no ha sido para tanto. Por eso hoy quiero escribir acerca de los miedos y de cómo podemos afrontarlos.

El miedo es psicológico, eso es obvio. Yo he tenido muchas malas experiencias con la sangre y hoy pensaba que me iba a pasar lo mismo, pero no ha sido así, y seguramente la próxima vez que vaya iré un poco más tranquila. Tampoco es malo sentir miedo, es algo que es parte de nosotros pero que no debemos dejar que nos controle, porque si no estaremos perdidos.

Todos tenemos miedo a algo, todo el mundo. Sin embargo, hay personas que saben enfrentarlos y los terminan superando. Esa es la clave: enfrentarte a ellos. No hay que huir, nunca hay que huir, (salvo que te persiga un enjambre de abejas). Y es que la única manera de liberarte del miedo es afrontándolo.

Si buscamos en “San Google” cómo afrontar los miedos, encontraremos páginas y páginas y todo se resume en: reconocerlos y enfrentarte a ellos. No hay nada más que pueda escribir aquí, y tampoco soy la más indicada porque soy una persona miedosa por naturaleza. Sin embargo, sé lo que hay que hacer, y aunque cueste, voy a por ello. Cuando plantas cara a tus miedos te das cuenta que igual no era para tanto, o igual sí, pero has podido con ello igualmente. ¿La recompensa? Un subidón de autoestima y ganas de seguir superándote a ti mismo/a.

Por eso, os animo a que vayáis a por vuestros miedos, que no os limite, que no os agobie y mucho menos os derribe. La vida es muy bonita como para vivir a medias por culpa de nuestros miedos.


jueves, 22 de febrero de 2018

Mi San Valentín eres tú.

Ocho días después del 14 de febrero estoy escribiendo a mi “San Valentín” personal. Porque como él me dice siempre “te quiero todos los días, no solo hoy” (cosa que me da mucha rabia porque eso es una excusa para no comprarnos nada), por eso te escribo hoy, porque te quiero todos los días.

Me gusta verle dormir aunque muchas veces me moleste que se duerma tan pronto, me gusta que siempre se equivoque al ponerme “gorda” y me ponga “gords”, me gustan sus buenos días aunque siempre me ponga lo mismo, me gustan sus ataques de cosquillas, me gustan sus manías, sus rarezas y hasta las mías cuando estoy con él.

Estamos a cientos de kilómetros y es duro porque llegamos a estar muy cerca. Una no se acostumbra a despedirse cada domingo de él. Y es que es una de esas personas de las que no te cansarías nunca. Es el que me escucha, me aguanta, me aconseja. Es el que me hace reír y también llorar. Es el que me enseña cosas nuevas, el que hace que me atreva con lo miedosa que soy. Es mi fuerza cuando  yo no la tengo, es mi suerte cuando creí que la había perdido. Es mi compañero de viajes, mi amigo, mi amante, mi novio. Es mi San Valentín, porque, aunque no me gusta darle la razón, desde que le conocí para mí todos los días son 14 de febrero.

lunes, 8 de enero de 2018

¿Por qué quise ser periodista?

Es una pregunta que me he hecho en mil ocasiones.

 Una de ellas, por ejemplo, cuando no encontraba trabajo y me veía las 24 horas del día en mi casa estudiando idiomas porque era lo único que podía hacer. También cuando hacía números para ver cuánto dinero me costaría conseguir terminarla. Otro día me lo pregunté cuando escuché decir que los periodistas eran unos manipuladores y que esa profesión no tenía futuro. Y podría seguir.

Si tantas complicaciones y quebraderos de cabeza da esta profesión… ¿Por qué quise ser periodista?

Pues bien, quise ser periodista porque quería saber de todo, viajar y conocer a gente nueva e interesante, gente que haría mi mundo mucho más rico. 

Quise ser periodista porque me gusta ayudar a los demás, y estoy convencida que a través de los medios se pueden lograr muchas cosas buenas. 
Quise ser periodista porque en el mundo hay personas que merecen que su historia sea contada y sus quejas escuchadas
Quise ser periodista porque soñé con retransmitir a pie de campo un partido que haría historia. 
Quise ser periodista porque quiero entrevistar a personajes ilustres y poner en aprietos a auténticos canallas. 
Quise ser periodista porque creo en la magia de la televisión, la compañía de la radio, la seriedad  y el trabajo de la prensa escrita y la inmediatez de los medios digitales.
 Quise ser periodista cuando no me importó trabajar gratis y supe que no habría aceptado otro puesto con esas mismas condiciones. 
Quise ser periodista porque confío en que el trabajo y el esfuerzo después tienen su recompensa. 
Quise ser periodista porque nunca se deja de aprender. 
Quise ser periodista porque desde que lo supe, nunca he querido ser otra cosa.

martes, 26 de diciembre de 2017

Tradiciones curiosas de Navidad

¡Lo que aprende una! Aquí os dejo las 12 tradiciones navideñas que más me han llamado la atención. La verdad es que algunas me encantaría añadirlas a las típicas tradiciones de mi país, ¿cuál os gusta  más?


1. Austria.

 Krampus es un demonio que vaga por las calles de la ciudad asustando a los niños y castigando a los que han sido malos. Mientras que Santa Claus lleva regalos a los niños buenos, este demonio coge a los que se han portado mal y se los lleva en su saco, o eso cuenta la historia. Por eso, durante la primera semana de diciembre, jóvenes disfrazados de Krampus van por las calles asustando a los pequeños.

                                                    Fotografía: navidad.es

 2. Noruega.

 Una tradición muy curiosa se da en Noruega, donde la gente se dedica a esconder las escobas. Esta tradición tiene su origen hace cientos de siglos, cuando se creía que las brujas y los malos espíritus aparecían en Nochebuena para buscar escobas con las que volar. A día de hoy, muchos aún esconden las escobas en el lugar más seguro de la casa, para evitar que se las roben.

                                              fotografía: taringa.net

 3.Filipinas.

 El festival de los farolillos gigantes (Ligligan Parul Sampernandu) se celebra todos los años el sábado previo a la Nochebuena en la ciudad de San Fernando (Filipinas). Una gran exhibición de farolillos, hechos de diversos materiales y que pueden llegar a medir unos seis metros. Además, en la actualidad son iluminados con bombillas, creando un bonito efecto. Un espectáculo digno de ver.

                                          fotografía: diarioveloz.com

 4. Islandia.

 Los jóvenes Yule (jólasveinar en islandés) visitan a los niños de todo el país durante las 13 noches previas al día de Navidad. Cada noche, los niños dejan sus mejores zapatos al lado de la ventana y los jóvenes Yule les traen regalos a aquellos niños que se han portado bien, y patatas podridas, a los que se han portado mal.

                                             fotografía: elucabista.com

 5. Serbia.

 Este país tiene una de las tradiciones más impactantes de la Navidad. Los regalos no se entregan el día 25, sino los domingos antes. La tradición hace que ese día los niños de la casa “secuestren” a su madre y la atan a una silla, pidiendo como rescate regalos. El domingo siguiente es el turno del padre, que tiene que pagar con regalos su libertad.

                                           fotografía: ellahoy.es

 6. Alemania. 

 Los tradicionales Weihnachtsmärkte alemanes, son mercados de navidad que atraen a locales y visitantes, su origen se remonta a la Edad Media. Todas las ciudades y pueblos cuentan con su propio mercadillo, que se forma con cabañitas de madera o puestos comerciales en los que se ofrecen artesanías, recuerdos y una infinidad de dulces y postres navideños. La famosa bebida para combatir el frío es el vino caliente, que se prepara con especias como la canela, el clavo y un toque de naranja.


                                            fotografía: portalalemania.com

7. Eslovaquia. 

 En Eslovaquia, la cabeza de familia toma una cuchara del plato tradicional eslovaco de Navidad, llamado Loksa, y lo arroja hacia el techo. Cuánta más comida quede pegada en el techo, más próspero será el siguiente año.


 8. Colombia. 

 El Día de las Velitas marca el inicio de la época navideña en Colombia. En honor a la Virgen María y a la Inmaculada Concepción, la gente coloca velas y farolillos de papel en las ventanas, balcones y jardines. Esta tradición se ha hecho tan popular que ahora muchos pueblos y ciudades de todo el país se iluminan con velas y farolillos muy elaborados. Algunos de los mejores pueden verse en Quimbaya, donde hay adornos impresionantes

                                         fotografía: aciprensa.com

 9. Ucrania. 

 Los ucranianos tienen una curiosa tradición para celebrar las pascuas: cubrir el árbol de Navidad con telas de araña. Esto viene de una leyenda muy antigua que dice que una viuda muy pobre y sus hijos cubrieron su árbol con telas de araña ya que no tenían dinero para comprar decoración. Una noche, un grupo de arañas vieron el árbol y decidieron redecorarlo con cintas doradas y plateadas. Dicen que desde entonces la familia prosperó y nunca más pasó penurias.

                                                  fotografía: liligo.es

 10. Suecia.

 Esta cabra llamada Yule de 13 metros de alto se construye en el centro de la plaza del castillo de Gävle para el Adviento. Esta tradición lleva vigente desde el año 1966, pero ahora ha evolucionado y creado otra costumbre: la de intentar prenderle fuego.

                                                     fotografía: santatelevisión.com

 11. Italia.

 Además de la visita de Papá Noel, todavía hay más regalos, los que el 5 de enero reparte una bruja buena llamada Befana. En la Nochevieja italiana, las lentejas sustituyen a las uvas (que se toman en España) para atraer la buena suerte en el nuevo año.

                                          fotografía: teinteresa.es

 12. Japón.

 Esto más que una tradición es una campaña de marketing, pero es bastante curiosa. La cadena de comida KFC (Kentucky Fried Chicken) convenció a sus consumidores de que el pollo frito es la comida con la que se celebra la Navidad. Por lo que en estas fechas y desde hace 40 años, muchos japoneses reservan con anticipación su pollo de Navidad.

                                                  fotografía: cocinatis

viernes, 22 de diciembre de 2017

Todos hacemos estas 10 cosas en Navidad.

Todos hacemos estas cosas en Navidad, no lo neguéis, y si no son todas, alguna seguro que hay. Eso sí, todo lo he escrito  desde el humor y con el objetivo de desearos a todos unas felices fiestas cargadas de buenos deseos.


 1. Los típicos audios/videos/imágenes chorras felicitando las fiestas, y que suelen mandar a grupos de whatsapp para que lleguen al mayor número de personas posible.


 


 2. Las cenas de empresa, o te lo pasas muy bien o es un auténtico bodrio.


 


 3. El amigo invisible, ese juego en el que te das cuenta lo poco que conoces los gustos de tu familia.



 


 4. Los atracones. Se nos llenan los ojos de ver tanta comida junta en una mesa, comida que seguirás comiendo una semana después porque sobrará un montón.


 


 5. Lista de propósitos de año nuevo. Este año me propongo cumplir algún propósito.



 


 6. Las campanadas. En España, es tradición comer 12 uvas a las doce de la noche. Desde fuera parece muy bonito, pero normalmente no te da tiempo y pareces una ardilla.


 


 7. Comprar regalos. Las tiendas hacen su particular ‘agosto’ porque claro, tenemos que echar un cable a Papá Noel y a los Reyes Magos.


 


8. Siempre está la típica persona que odia la Navidad. O bien por una razón de peso, o porque queda muy ‘cool’ decirlo, siempre hay una persona que odia estas fiestas y está deseando que se acaben (eso sí, las celebra como cualquiera).



 


 9. Las películas de sobremesa. Sí, todos sabéis a cuáles me refiero: esas películas que ponen a la hora de la siesta, que tratan todas de Navidad y terminan exactamente igual.


 


 10. Echar de menos a los que ya no están. Esto es inevitable y en estas fechas nos acordamos más de ellos si cabe.

martes, 19 de diciembre de 2017

No compres, adopta.

Este es Lucky. Tiene 11 años y ahora tiene más achaques que momentos “plenos”, por así decirlo.



Llegó a mi vida cuando yo tenía 15 años, mi madre por fin aceptó lo que llevaba desde chiquitita pidiendo. La primera noche que llegó me la pasé sin dormir, mirándole fijamente. No sabía que esa noche sería la primera de muchas que pasé en vela por él. Me enseñó la lealtad, la responsabilidad, el sacrificio y todo el amor que una cosa tan pequeña puede ser capaz de dar sin pedir nada a cambio. Un amor sin medidas, un cariño desbordante.



Aunque a veces me enfade, aunque me dé pereza sacarle o me despierte por las noches para que le meta en mi cama porque tiene frío. Son cosas que no cambiaría por nada. Hubo una época dura: perdió la movilidad de sus patas traseras y no podía andar. Yo me pasaba todas las noches despierta para que si se intentaba levantar no se cayese al suelo; le llevaba cogido a la calle y le sostenía, pero poco a poco y como buen luchador que es consiguió volver a andar.



Cuento esto porque se acercan unas fechas muy especiales, unas fechas donde soy consciente de que muchas personas regalan a sus seres queridos mascotas (perros, gatos, pájaros,etc.) y muchos de ellos terminan abandonados por una u otra razón. Son seres vivos, tienen sentimientos y necesitan cuidados. Si una persona no es capaz de hacerse cargo de un ser vivo, como diría Arturo Pérez Reverte,comprad un peluche”.



Dicho esto, decir también que no compréis animales, que ADOPTÉIS. Hay muchas protectoras repletas de animales que han sido traicionados por sus antiguos dueños, que están llenos de amor que dar y que buscan una oportunidad de ser feliz y hacer felices a los que acompañan tan fielmente. Os lo van a agradecer eternamente y os sentiréis muy afortunados. Ojalá lo hagáis, de verdad, ojalá os sintáis tan felices al mirar a vuestra mascota como yo me siento cuando miro a la mía. Si tomáis esta decisión, no os arrepentiréis nunca.


viernes, 15 de diciembre de 2017

Una reflexión.

Soy consciente de que tengo esto un poco abandonado, yo, que prometí subir posts cada semana. Sin embargo, tengo mi justificación y hoy retomo el blog.